TITULO: Asesinato en el Orient Express (Murder on the Orient Express).
AUTOR: Agatha Christie.
EDITORIAL: Espasa.
Nº Pag: 248.
ISBN: 9788467045413.
SINOPSIS:
En un lugar aislado de la antigua Yugoslavia, en plena madrugada, una
fuerte tormenta de nieve obstaculiza la línea férrea por donde circula
el Orient Express. Procedente de la exótica Estambul, en él viaja el
detective Hércules Poirot, que repentinamente se topa con uno de los
casos más desconcertantes de su carrera: en el compartimiento vecino ha
sido asesinado Samuel E. Ratchett mientras dormía, pese a que ningún
indicio trasluce un móvil concreto. Poirot aprovechará la situación para
indagar entre los ocupantes del vagón, que a todas luces deberían ser
los únicos posibles autores del crimen.
OPINIÓN PERSONAL
Hace algún tiempo me introduje
en el universo narrativo legado por la universal Agatha Christie para, una vez
disfrutada su ficción, hilo seguido compartir con todos aquella reseña, “La ratonera”, entrada en la
que también os hablé en profundidad de la célebre autora. En esta ocasión se
presentaba una nueva disyuntiva en la elección del título que protagonizaría la
reseña de la semana, pero aprovechando que pronto se estrenará una nueva
adaptación de la obra que hoy os referiré, me decanté por leer otra de sus
creaciones magistrales, y así me decidí por “Asesinato en el Oriente
Express”. Dicha novela fue publicada en 1934 pero, curiosamente, en EE.UU.
recibió otro título con la intención de no ser confundida con otra obra con la
que compartía el nombre del tren. Otro dato digno de destacar es que parte de
la historia se basa en un caso de secuestro real que tuvo lugar dos años antes
de que la obra viese la luz y que sirvió de inspiración para parte de la trama,
al igual que el tren en el que Agatha realizó un viaje en 1928 y, meses
después, ese mismo Oriente Express quedó atrapado en una ventisca en Turquía.
Se cree que en la habitación 411 del Palace
Hotel de Estambul fue donde la autora británica redactó su historia, de
hecho, la estancia permanece como un pequeño museo. Antes de comenzar a
describir su sinopsis, debo añadir que entre sus innumerables personajes hay
uno que destaca particularmente por haberse ganado el cariño y reconocimiento
de los incondicionales de la autora, protagonista con una acentuada
personalidad y reconocida carisma, no es otro que el mismísimo Hércules Poirot.
Inconfundible personaje de característico bigote y carácter peculiar que ha
llegado a ser comparado incluso con el inigualable Sherlock Holmes. Este héroe
literario ha protagonizado hasta 50 relatos cortos y 33 novelas, resolviendo
numerosos casos y en la obra que hoy reseño hace de nuevo honor a su fama,
resultando su presencia sencillamente imprescindible en todas y cada una de las
creaciones de la autora. Para seguir hablando de este increíble clásico
previamente debo poneros en situación, así que tomad vuestro blog de notas y
bolígrafo favoritos, no dejéis escapar ni un solo detalle y pongámonos en modo
detective.
La historia tiene lugar en
el Oriente Express, tren que parte desde la exótica Estambul camino a
Inglaterra y donde convergen diferentes personajes: Rachett, norteamericano que
va acompañado de su secretario Héctor MacQueen y su criado Henry Masterman, la
princesa rusa Dragomiroff y su dondella alemana Schmidt, el matrimonio Andrenyi
ambos condeses, la institutriz inglesa Mary Debenham, la misionera y enfermera
Greta Ohlsson, el oficial británico Arbuthnot, una elegante americana llamada
Caroline Hubbard, Foscarelli que es un italiano de negocios, Cyrus Bethman que
es un mecanógrafo americano, el doctor griego Constantine, el encargado del
tren Pierre Michel, el directo Monsieur Bouc y el ya conocido, detective
Hércules Poirot. Estos dos últimos personajes citados son viejos amigos. Los
pasajeros conforman un singular y dispar cuadro, procediendo cada uno de ellos
de diferentes lugares y dedicándose a actividades muy diferentes. El viaje
transcurre con total normalidad hasta que el señor Rachett aparece brutalmente
asesinado en su compartimento en extrañas circunstancias, justo en la noche en
la que el tren se ve obligado a detenerse a causa de una ventisca que acaba
cubriendo de nieve parte del tren, en plena Yugoslavia siendo casualmente este
el único punto de todo el viaje carente de vigilancia y presencia policial. Este apartado e insólito escenario
motiva las aptitudes del pasajero más inquieto, ávido siempre
de conocer la verdad, Poirot, el cual iniciará su particular investigación,
entrevistará a todos los presentes y reproducirá paso a paso el desarrollo de
lo acontecido, siempre, con su natural, particular y perspicaz visión. Sus
pesquisas le conducen a sostener dos teorías plausibles: la primera defendería
la posibilidad de que el asesino tras
consumar su execrable crimen lograra huir, pero nuestro sagaz investigador lo
cree poco probable al resultar casi inviable abandonar el tren y adentrarse en
la espesura con la enorme ventisca y el temporal existentes y dadas las
circunstancias de la escena del crimen. La segunda de sus teorías es la que más
le convence, defendiendo así que el asesino permanece aún entre ellos, por lo
que cada segundo transcurrido cuenta en la frenética carrera por darle caza,
intentando evitar que pueda volver a actuar y que algún otro comparta la
fatídica suerte de Rachett.
Agatha nos introduce poco a
poco en la historia, nos pone en situación acompañando a Poirot hasta que toma
el Orient Express, siendo sus palabras las que describen los hechos de los que
se vuelve testigo y empleando en repetidas ocasiones vocabulario y expresiones
francesas. Gracias a ello conocemos mejor a este famoso personaje y, del que
confieso, quede maravillada. Su personalidad, su parsimonia, su peculiar humor,
la depurada educación de sus expresiones, la agudeza de su increíble ingenio y
la brillantez de sus razonamientos, que evidencian una inteligencia privilegiada
propia solo de unos seres elegidos, cuyo conjunto de cualidades convergen en
una gran experiencia y un gran recorrido por muy diferentes países, ya que como
él mismo se autodefine, es un detective internacional perteneciente al mundo.
El relato es breve y aunque
en ciertos tramos pudiera parece un
tanto lento, la autora denota claramente que no quiere que relajemos nuestra
atención, y que desde la perspectiva de Poirot vayamos teorizando como si de él
mismo se tratase. Así conformaremos nuestra propia hipótesis sobre lo sucedido,
haciendo que nuestras sospechas recaigan sobre uno u otro candidato. La
constante recreación del crimen por parte de Poirot nos muestra que podemos
haber pasado por alto algún hecho trascendental, por lo que podremos descubrir de
qué pasta detectivesca estamos hechos y si somos capaces de dilucidar hechos y aspectos solo reservados a los ojos
avezados de nuestro lúcido investigador. El ritmo asciende frenéticamente a
medida que avanzamos en la historia, con una inesperada conclusión y aún mayor
sorpresa en la resolución. Alabado por la crítica, es admirable como una vez
más Agatha utiliza una atmósfera invernal logrando combinarlo con un tren, para
utilizarlos en un perfecto escenario para lograr un misterioso asesinato,
convirtiendo hasta la mínima pincelada en pieza clave para atrapar al responsable.
Su personal narrativa no
defrauda y vuelve a demostrar su habilidad para desarrollar una buena trama e
innumerables personajes en tan reducida cantidad de páginas. El abanico tan
extenso de personalidades que recopila la historia da lugar a sujetos
variopintos y sorprendentes en determinados casos. Eso sí, aconsejo que si
soléis tener problemas para memorizar nombres, mientras leéis tengáis a mano
papel y bolígrafo que os ayuden a realizar un esquema de “quien es quien”.
La autora del género
policiaco por excelencia nos regala una joya para los amantes de este tipo de
novelas, con la que el disfrute se garantiza a buen seguro, representando en la
actualidad un clásico de obligada
lectura. Agatha logra con su trabajo no solo que la leamos sino que también nos
convence sutilmente para que participemos de la ficción, para que seamos ese
último personaje que colabore con Poirot en sus elucubraciones, en definitiva alcanza
lo que contados autores consiguen, que nos sintamos parte de la historia, que
seamos parte activa e interactuemos con ella hasta el último acto. Solo al
final, solo entonces te habrás dado cuenta de cómo Agatha juega a las sospechas
con todos, excluyendo tan solo a Poirot y a ti.
“Lo
imposible no puede haber sucedido; por tanto, lo imposible tiene que ser
posible, a pesar de las apariencias."
Hola! Estamos deseando leer más de la autora porque hasta ahora todos sus libros nos han encantado. Además viendo cuánto te ha gustado, seguramente lo leamos pronto.
ResponderEliminarEstamos deseando que llegue la película porque tiene muy buena pinta.
Un beso
¡Hola Marlau! Yo también continuaré descubriendo que me depara su narrativa,...y cierto, su última adaptación tiene muy buena pinta :) Me alegra leer que os gustó.
Eliminar¡Un abrazo!
¡Hola! A mí me encanta todo lo que leo de esta mujer y, cuando leí ese libro, no fue una excepción. Estoy enamoradísima de las pequeñas células grises del señor Hércule Poirot. Me alegro de que lo hayas disfrutado y te animo a que sigas leyendo más libros de Agatha Christie :)
ResponderEliminarUn besazo enorme.
¡Hola Ro! De momento he leído poco de Agatha, pero me convence y me atrapa. Al igual que tú, quedé maravillada con el personaje de Hércules Poirot, inolvidable ya en la literatura universal :)
Eliminar¡Un abrazo!
Hola!!
ResponderEliminarEs una autora que me encanta y todavía no lo he leído, así que apuntadisimo queda.
Gracias por la reseña.
Un saludo :)
¡Hola Estefania! De nada,...pues espero que pronto te inicies y experimentes esa sensación de querer continuar conociendo el resto de su legado :)
Eliminar¡Un abrazo!