TITULO: El sueño de una noche de verano (A Midsummer Night's Dream).
AUTOR: William Shakespeare.
EDITORIAL: Vicens Vives.
Nº Pag: 135.
ISBN: 9788468236520.
SINOPSIS:
Durante la noche del
primero de mayo, que Shakespeare funde con la celebración pagana del solsticio
de verano, unos jóvenes enamorados se internan en el bosque de Atenas huyendo
de la autoridad patriarcal. Allí, en los dominios de Titania y Oberón, reyes de
las hadas, son víctimas de las travesuras de un duende burlón llamado Puck. En
el camino de Puck también se cruzarán unos actores aficionados muy poco duchos
en el arte teatral.
OPINIÓN PERSONAL
Hoy, nuevamente retomo un clásico literario,
o mejor debería decir, retomo a uno de nuestros más grandes clásicos de la
literatura, señalo al irrepetible William Shakespeare. Hace bien poco referí
aquí uno de sus trabajos, “Macbeth”,
donde también pudimos adentrarnos en la vida del genio. Pero el mundo de Shakespeare
es muy fecundo y abundante, resultando arduo no encontrar un trabajo suyo que
no despierte nuestro interés. En este sentido y continuando con sus célebres
obras y aprovechando la ocasión de la estación en la que nos encontramos, os
sugeriré otro de sus grandes, una comedia muy representada y con gran acogida
por su público, “El sueño de una noche de
verano”. Escrita entre 1594 y 1596, se cree que nació con la intención de
que fuese representada en la boda de la ahijada de la reina. De lo que no cabe
duda es que nuevamente nos encontramos ante otra exitosa obra del dramaturgo en
la que se aunaban todos los ingredientes claves y que despertaban el interés de
los coetáneos. También se debió al hecho de la coincidencia en aquel momento de
abundantes representaciones teatrales con tintes dramáticos. Por ello la
llegada de esta comedia supuso un soplo de aire fresco, de fractura monótona de
tendencias y aunque confusa y un poco caótica, seña de identidad de su autor, no
solo presenta una conclusión armoniosa, sino que rompe la línea de finales
tópicos de las representaciones del momento y a los que los asiduos estaban
acostumbrados. Ha sido representada en teatro en innumerables ocasiones, versionadas
de mil y una formas posibles, cuenta con adaptaciones cinematográficas y
referencias inimaginables como por ejemplo en el mundo de la música, de la
televisión y del cómic. Si en algunos de sus escritos disfrutamos de historias
donde encontramos alguna que otra pincelada perteneciente al género fantástico,
en esta en concreto la magia, la fantasía y los seres sobrenaturales están muy
presentes. Como he comentado y reafirmándome en mi particular interés por el
legado literario de este insigne autor, en cuanto conocí sobre la inminente
publicación de una nueva edición de este título, mi decisión de hacerme con
ella fue automática y me movilicé rápido
como un resorte. Solo había visto su cubierta y ya estaba fascinada con la
edición, deseando tener un ejemplar en mis manos y disfrutar nuevamente de la
retórica “Shakesperiana”, hechizándome de nuevo con su lenguaje y para sumirme,
al igual que sus protagonistas, en su mágico sueño.
Esta obra nos sitúa en
Atenas y tras la batalla, Teseo y la reina de las amazonas, Hipólita, se
disponen a contraer matrimonio en cuestión de días. Previo ha dicho
acontecimiento y ejerciendo su papel como juez en este tipo de sucesos, se
requiere la presencia de Teseo para que medie en un conflicto. Es así como
conocemos al cuarteto conformado por Hermia, Lisandro (su amado), Demetrio (su
prometido, el cual la ama) y Helena (amiga de la joven y enamorada de Demetrio,
el cual la ignora). Enrevesado conflicto amoroso ante el que Hermia deberá
posicionarse tomando una decisión tras el ultimátum impuesto por Teseo y su
propio padre. Paralela a esta historia, conocemos a un grupo de artesanos que
se reúnen a escondidas para ensayar una obra teatral que representarán
honrosamente en la boda de los reyes. Con motivo de un determinado evento,
nuestros cuatro jóvenes se ven arrastrados al bosque en la primera noche de
mayo, en la cual se consideraba que daba comienzo el verano, ya que por
entonces esta abarcaba la primavera. Noche no solo importante por el cambio de
estación, sino porque era propicia para que seres y criaturas de todas las
índoles vagaran a su antojo por el bosque. Seres como el travieso Puck, un
duende que se encuentra al servicio de Óberon, rey de las hadas y que está
casado con Titania. Ambos reyes campan a sus anchas, acompañados de sus
respectivos séquitos de hadas y también hacen frente a sus conflictos
conyugales. Todos estos personajes tan dispares dan lugar a una historia
insólita y divertida, donde un malentendido desencadena una serie de
situaciones a cual más disparatada y
donde lo mundano y cotidiano va de la mano de lo mágico.
Estructurado como un guion teatral,
impronta y seña magistrales de Shakespeare, está compuesta de cinco actos, presentándonos una ficción que engloba cuatro
tramas: la protagonizada por los jóvenes, la historia de Teseo e Hipólita, la
desarrollada por los artesanos y la que particularmente desenvuelven las hadas.
A pesar de lo complejo que pueda parecernos el desarrollo de la ficción, el
dramaturgo la compone y desarrolla elegantemente haciendo gala a su personal
enfoque y toque a la hora de escribir. Ciertos aspectos demuestran que se basó
en determinadas historias y personaje, sobre todo pertenecientes a la mitología,
pero a pesar de ello es una de las obras más originales y personales del autor.
Al contextualizar la historia en Atenas, está repleta de referencias
mitológicas, otorgándole así un punto a favor que atraerá a los lectores
amantes de esta cultura. Respecto al género comedia, el mismo también tiene
cabida en este texto desatinado,
topándonos con diálogos y situaciones de lo más cómicas y divertidas, y en
particular las que lleva a cabo Puck.
Pero aunque su lectura nos pueda resultar
un instante de desconexión con nuestra realidad, algo prácticamente banal con
lo que distraerse y que podría ser comparado con un cuento, tras adentrarnos en
este argumento algo caótico, rápidamente conectarás con los personajes y
formarás parte de la representación. Nos equivocamos si la concebimos como algo
superficial, intrascendental e irrelevante, pues la intencionalidad está muy
presente como sucede con las demás creaciones del autor, suponiendo otra
crítica más a las imposiciones sociales de la época, como por ejemplo el tema
del matrimonio y como estos se podían llegar a pactar. Otro aspecto a destacar
es el desarrollo y la profundidad que Shakespeare les concede a ciertos
personajes, sobre todo femeninos, como son el de Hermia y Helena, de cuyas
vidas se nos desvela más, centrándose especialmente. Juega constantemente con
los dobles sentidos, con una ambigüedad sublime, jugando con la libertad que
implica la noche y el bosque, la realidad frente a la imaginación y la fantasía
propia de la ensoñación, incluso aborda la infidelidad, todo ello disfrazado de
una teatralidad humorística.
No sería de justicia finalizaros mi referencia sin haceros mención
a la edición que afortunadamente he podido disfrutar, y que ha repercutido muy
positivamente en traducir mi lectura en algo aún más placentero y mágico si
cabe. Las ilustraciones de Christian Birmingham otorgan vida no solo a los
jóvenes enamorados, sino a todas esas criaturas del bosque que tantas historias
protagonizan y que desde pequeños nos han hecho soñar. Resulta difícil
describir la suavidad de sus tonalidades, el realismo de las mismas y ese toque
de dulzura y armonía que se respira en algunas de sus representaciones. Bello
trabajo que evidencia sin lugar a dudas una especial sensibilidad, propia
únicamente de seres que han sido tocados y agraciados por unas bondades y
aptitudes envidiables. Obra en su conjunto con un extraordinario acierto y de
perfecta definición.
Lectura breve, divertida e ideal para esta
época del año, para esas largas noches donde resulta imposible conciliar el
sueño. “El sueño de una noche de verano”
resulta ser la delgada línea que separa el estado de la razón y la imaginación,
sumergiéndonos en una fase de ensoñación, de duermevela donde no somos capaces
de distinguir lo real de lo imposible. Pero eso sí, aferraos a este, nuestro
mundo, para no ser objeto del juego
de las hadas y el atolondrado Puck.
“El
amor no mira con los ojos, sino con el alma”
“Señor, ¡qué tontos son estos mortales!”
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