TITULO: Frankenstein o el moderno Prometeo.
AUTOR: Mary W. Shelley.
EDITORIAL: DEBOLSILLO.
Nº Pag: 336.
ISBN: 9788499084763.
SINOPSIS:
Mary Shelley empezó a gestar esta novela en el verano de 1816, un verano
lluvioso y sin apenas sol. Tal vez estas circunstancias extraordinarias
propiciaran este relato de terror, en el que no solo se cuenta la
historia del joven científico Victor Frankenstein y su "demoníaca
criatura", sino que se abordan temas fundamentales de la naturaleza
humana plenamente vigentes en la sociedad actual.
OPINIÓN PERSONAL
Esta
semana es tiempo para la nostalgia, la ocasión para todo un clásico de la
literatura gótica que merece un espacio y una especial mención en nuestro blog. “Frankenstein” quizá sea una de las obras
más conocidas en términos generales y de su género en particular. Esta famosa
ficción vino de la mano de Mary W. Shelley, dramaturga, narradora, filósofa, ensayista
y biógrafa nacida en Londres en 1797. Su padre era un novelista y filósofo y su
madre una escritora feminista, corriente que seguiría durante sus años de
madurez y que manifestaría en sus obras. Recibió una educación que, con los
años, le inculcó posicionarse a favor de las políticas liberales y a pesar de
la informalidad de su instrucción, su padre fue el encargado de formarla en diversas
y amplias materias. Él mismo reconoció que desde joven, Mary poseía una mente
abierta y destacaba su perseverancia, valentía y las ansias de conocimiento que
le poseían. Gracias a su diario conocemos que mantuvo una relación con Percy
Shelley, un filósofo y poeta que se había divorciado, la cual desaprobaba su
padre oponiéndose a la misma. A pesar de ello, los amantes protagonizaron
varias escapadas secretas, fruto de sus encuentros Mary quedaría embarazada. Prontamente
la desgracia se cebaría con ellos ya que al poco de nacer una niña prematura,
ella se sumiría en una profunda depresión motivada por el fallecimiento de su
pequeña, llegando incluso a tener visiones de su bebé. Afortunadamente, vuelve
a quedarse embarazada y su estado anímico se recupera. Fue tras el nacimiento
del pequeño cuando deciden pasar un tiempo en Ginebra, en una casa junto al
lago, lugar y período de relevancia en su vida, concibiendo y tomando forma su
famosa obra a través de un sueño que tuvo. En sus propias palabras, Mary
describe aquella etapa como “el momento
en que por primera vez salté de la infancia a la vida real”. Por entonces
el anfitrión de la casa retó a los invitados a componer una historia de terror
por lo que Mary, ayudada por aquel sueño, inició la redacción de su célebre
obra, la cual una vez revisada por su pareja, fue publicada en 1818. Cabe
destacar que en la biblioteca de la Universidad de Oxford podemos contemplar
las tres versiones que existen: la original de 1817, la revisada por Percy
Shelley en 1818 y la que la propia autora reescribe en 1831. Con todo ello, es
considerada la primera novela de ciencia ficción y el clásico de género gótico
por excelencia.
Soy una enamorada y entusiasta de los
clásicos literarios, despertándome especial pasión esas célebres obras de los
últimos siglos que todos conocemos, así que una vez me topé casualmente con
este ejemplar en uno de esos típicos mercadillos de libros, la atracción fue hipnótica,
al punto de que cuando vine a darme cuenta, me encontraba paseando por el lugar
con este libro entre mis manos. La historia es sobradamente conocida por la
humanidad entera, pero os aseguro que si abres esta obra y la lees la historia
adquiere otra dimensión distinta, conocerás este clásico desde otra
perspectiva, desde el puno de vista que Mary W. Shelley deseo legarnos con su
impronta.
La ficción nos llega a
través del diario del navegante llamado Robert Walton, quien va redactando las
palabras de Víctor Frankenstein. Así conocemos la vida de este joven suizo cuya
ambición por el conocimiento y la vida en sus diferentes formas, le llevan a
convertirse en un estudiante de medicina. Descubrimos como transcurren sus
primeros años, como es su etapa estudiantil y como se desenvuelve tanto en las
relaciones familiares como en las que mantiene con su círculo de amistad más
cercano. Incluso somos testigos secretos del amor que despierta cierta joven en
Víctor. Pero su obsesión por descubrir cómo se desarrolla la vida va “in crescendo”, lo que le lleva a
cometer el acto que cambiará su vida y que le atormentará hasta el final de su
existencia. Sin muchos detalles, evitando que otros repitan su acción, Víctor
describe las acciones ilícitas e inmorales que ejecuta, que lugares visita, que
investigaciones lleva a cabo y como llega a dar vida a una criatura grotesca y
aberrante. Esa pasión y ambición que sentía por conseguir dicho objetivo se
convierte en un rechazo y repulsión hacia ese ser que lo obliga a abandonarlo
todo. Víctor poco a poco enferma y la imagen de su monstruoso “hijo” se convierte
en una sombra que le persigue y le acongoja. La criatura huye del laboratorio
donde fue creado y se enfrenta a un mundo del que solo recibe la a aversión y
el repudio, no solo de su propio creador, sino del resto de la humanidad. Es
así como conoceremos las vivencias de Víctor y lo que le deparará la soledad a
este ser contra natura.
La redacción, al obedecer a la estructura
de un diario como comenté con anterioridad, recoge fechas y van dirigidas a un
determinado personaje, en este caso es la hermana del navegante Robert. Aun
así, la historia no tiene perdida alguna y nos muestra el permanente debate en
el que se sitúa Víctor, típico del estilo seguido durante la década de 1790.
Mary Shelley no pretendía adornar su obra con giros en la historia y le confiere
constantes luchas intelectuales que inquietan a Víctor para que este acabe
rebelándose ante todo lo que la sociedad impone, aunque esto suponga su fin.
Por ello la obra recibe como sobrenombre “el
moderno Prometeo”, puesto que él mismo crea y moldea nueva vida. Pero
también conocemos más sobre el idealismo de la autora a través del propio
monstruo y los libros que este lee. De este modo, como ocurrió con otros
intelectuales contemporáneos y como repetirían muchos autores años y siglos después,
la historia también se convierte en una
crítica a la sociedad y a la política del momento.
Recalco el debate existencial en el que se
encuentra Víctor Frankenstein porque me resultó muy interesante, no solo en
cuestión de fondo, sino también el modo en el que la autora nos lo manifiesta y
presenta, así como los argumentos que esgrime. Logras sentir la angustia que
crece y cuya correspondencia es directamente proporcional al desarrollo de la
obra. Por otro lado tenemos a la criatura, sin nombre a pesar de que muchos al
leer el título piensen que Frankenstein hace referencia a ella. Los sentimientos
encontrados que despierta en el lector son innumerables, ya que logra infundir
ese terror que sufre su propio creador pero también es uno de los pocos
monstruos que nos conmueve y ante el que resulta difícil no sentir un singular
y peculiar cariño compadeciente. No pretende infundir terror, él es el primer
ser que está asustando y confundido, y que tan solo busca el reconocimiento y el amor de su
creador.
“Frankenstein”
o “el moderno Prometeo” no solo
merece ser leído por ser un clásico universal sino también por ser la obra de
una autora considerada como figura indiscutible del romanticismo del que
destacar su papel como mujer tanto en la militancia liberal como en la
política. Aspectos que sin duda confieren a la obra muchas más interpretaciones
que la mera creación de un extraño ser, que al fin y al cabo solo busca su
lugar en el mundo, un mundo cuyos seres se niegan a reconocer que la aceptación
de otros iguales debe indiscutiblemente pasar por ir acompañados de una
apariencia agradable y bonita, cuya mezquindad e hipocresía disfraza falsos
gestos y conductas de aprobación y aceptación, pero cuyos prejuicios y estereotipos
pesan en sus vidas condicionándoles absurda
y ridículamente. Esto por desgracia siempre ha existido y lamentable e
inevitablemente siempre existirá. Paradójicamente, este abominable ser creado
por Víctor, conseguirá lo que dentro de su ficción no pudo lograr, ganarse tu
afecto y despertar en el lector esa clemencia, esa compasión, que hará
finalmente que contemples al monstruo con afección. Despréndete de esos recuerdos de las versiones
realizadas en la gran pantalla y adéntrate sin complejos en esta fantástica
historia, te aseguro que las disfrutarás como si la conocieses por vez primera.
"Tú,
que me acusas de asesino, serías capaz de destruir a la criatura que es tu
propia obra. ¡Alabada sea la eterna justicia del hombre!"
¡Hola!
ResponderEliminarTe admito que no soy un enamorado hacia los clásicos como tu, pero ver la emoción con la que escribiste esta reseña me ha dejado con muchas ganas de leer el libro.
Vamos a ver si en algún momento me animo.
¡Saludos desde Trapped Among Letters!
¡Hola Brayan! Me alegra leer que la reseña despertó tu interés aunque, como comentas, no seas un aficionado de los clásicos. Espero que tengas la ocasión de darle una oportunidad y compartas con todos tu opinión :)
Eliminar¡Un abrazo!
Hola, este es un clásico que muero por leer. Lo pospongo porque lo tengo en inglés y me intimida. Pero lo he de leer porque todos dicen que nada que ver con lo que nos ha vendido Hollywood.
ResponderEliminar¡Hola Carolina! La narrativa de Mary Shelley no me resultó enrevesada, en su idioma original desconozco como se presenta y si requiere de un nivel alto de inglés por parte del lector. Aun así, espero que pronto puedas iniciar su lectura y calmes tus ansias por conocer su historia :D
Eliminar¡Un abrazo!